Home Santiago, 10 de  Junio de 2005
Director del SII participa en foro de directores de impuestos de países de la OCDE

SII consolida y profundiza su inserción entre las más importantes administraciones tributarias del mundo


Los directores de impuestos reunidos en Dublin, Irlanda, el 1 y 2 de junio de
2005 (para ver el detalle de los asistentes, según cada país, presionar
aquí).

El Servicio de Impuestos Internos (SII) participó activamente los días 1 y 2 de junio en Dublín, Irlanda, en el segundo Foro sobre Administración Tributaria de países de la Organización de Cooperación Económica y Desarrollo (OCDE), presencia que significó un decisivo avance en consolidar la inserción internacional del SII en la “primera división” de los organismos de impuestos a nivel mundial.

La conferencia reunió a los comisionados de impuestos de los 30 países miembros de la OCDE –grupo de naciones donde se encuentran las más industrializadas del planeta – integrado por Australia, Austria, Bélgica, Canadá, República Checa, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Islandia, Irlanda, Italia, Japón, Corea, Luxemburgo, México, Holanda, Nueva Zelanda, Noruega, Polonia, Portugal, Eslovaquia, España, Suiza, Suecia, Turquía, Reino Unido y Estados Unidos.

Otras seis naciones fueron invitadas: Rusia, Sudáfrica, Singapur, Argentina, China y Chile.

La reunión trató sobre dos temas principales: “Estrategias exitosas para lograr un equilibrio entre actividades de servicio al contribuyente y fiscalización”; y “Relación con profesionales tributarios para mejorar cumplimiento tributario”.

La presencia de Chile en la segunda versión del Foro sobre Administración Tributaria (la ocasión anterior fue en febrero de 2004 en Sevilla, España), significa tanto un reconocimiento a la calidad del trabajo técnico-profesional que efectúa el SII, como también a la solvencia y seriedad de las políticas fiscales del país. Al respecto, debe destacarse que el SII ha sido también invitado a participar permanentemente en el Comité de Asuntos Fiscales de la OCDE.

“Creo que hemos logrado asentar permanentemente la presencia del Servicio en este tipo de foros de primera categoría mundial, donde tenemos la oportunidad de conocer por boca de sus principales directivos qué están haciendo y cuáles son los énfasis de las administraciones tributarias de los países más desarrollados. Y también es importante que ellos conozcan lo que nosotros estamos haciendo, cuáles son nuestras prioridades y resultados”, destacó el director del SII, Juan Toro.

Agregó que “la presencia del SII en este foro no es casualidad, sino que la invitación a participar significa un claro reconocimiento al buen nivel de administración tributaria que se realiza en Chile, tanto en la aplicación de la normativa tributaria desde la perspectiva de la fiscalización como en el desarrollo de una oferta de gobierno electrónico innovadora y de punta, puesta al servicio de las personas y empresas”.

La invitación al SII consideró que el director Toro fuera panelista –junto a sus colegas de Holanda, Francia, Singapur y Canadá– respecto del primer tema en análisis, a partir de sendas presentaciones hechas por Australia y Noruega. Esto es claramente un reconocimiento a los avances logrados por la administración tributaria de Chile en cuanto a llevar a la práctica una estrategia que combina exitosamente la facilitación del cumplimiento y la fiscalización al correcto pago de impuestos.

Una perspectiva importante que se abre para el SII a partir de su presencia en este tipo de foros, apunta a la cooperación técnica con otras organizaciones, al intercambio de información tributaria para fines de fiscalización tendiente a evitar fraudes internacionales y el acceso a las estrategias de inteligencia fiscal que las diferentes administraciones practican.

Buscando un equilibrio

¿Existe un punto de equilibrio entre las estrategias de fiscalización del cumplimiento tributario y las acciones que las administraciones despliegan para facilitar ese cumplimiento voluntario? Si bien en Dublín no llegaron a una coincidencia total sobre cuál sería exactamente ese punto de equilibrio, los directores de impuestos sí convinieron en que se trata de líneas de trabajo complementarias e ineludibles de integrar para lograr más eficiencia en los sistemas tributarios y tasas de evasión más reducidas.

Ellos también expresaron bastante coincidencia en que desarrollar herramientas de gobierno electrónico, es la forma más económica y eficiente de promover una estrategia que integre ambas líneas de acción. Prácticamente nadie dejó de señalar que está desarrollando la asistencia y el cumplimiento vía Internet.

“Como administración tenemos muchas facultades, pero debemos buscar un equilibrio entre la aplicación de la norma y cómo asistir a los contribuyentes”, dijo la representante de Australia, la comisionada adjunta Jennie Granger. Ella presentó el modelo de negocios de la Australian Tax Office y las estrategias no-discrecionales de prestación de servicios en tres segmentos de contribuyentes: grandes empresas , microempresas y personas naturales.

“Queremos ampliar nuestros servicios on line a estos tres segmentos de una manera que no discrimine; son los más baratos y su disponibilidad, creciente aceptación y facilidad de empleo reduce la molestia entre los usuarios. Pero en nuestro trabajo nos centramos en quienes no cumplen”, agregó.

El comisionado de Noruega, Bjarne Hope, enfatizó que ambos aspectos, provisión de servicios al contribuyente y fiscalización del cumplimiento tributario, deben ser abordados por la administración tributaria y el dilema está en cómo lograr un adecuado balance. Al respecto, mostró la experiencia noruega, que también pone acento en el uso de gobierno electrónico.

El director del SII, Juan Toro, planteó que es un error pretender separar las actividades orientadas a la prestación de servicios al contribuyente de aquellas centradas en la fiscalización, sino que lo correcto es complementar ambas líneas de trabajo en una estrategia integradora de facilitación del cumplimiento tributario.

“En Chile hemos impulsado con mucha decisión un enfoque de gobierno electrónico para facilitar el cumplimiento tributario y de esa manera hemos fortalecido mucho la capacidad de fiscalización tributaria. Esta opción ha hecho más transparente el trabajo del SII, porque también significa que ponemos en conocimiento de los contribuyentes la información que el SII posee de ellos”, comentó.

Toro estimó que facilitar el cumplimiento tributario voluntario es un concepto que debe estar en la esencia de la actividad de toda administración tributaria. Así también se potencian las capacidades de fiscalización del pago de impuestos, mediante la captura de información de terceros que permite contrastar la veracidad y exactitud de las declaraciones que entregan los contribuyentes.

El director de impuestos de Singapur, Cher Siang Koh, señaló que “estoy de acuerdo con que se pueden hacer ambas cosas, aplicar la norma y brindar servicios, pero hay que distribuir bien los recursos del presupuesto según haya un cambio en el cumplimiento”, además de que “para el público es importante ver los resultados de nuestro trabajo, por lo cual debe ser consistente en el tiempo”.

A su turno, el comisionado de Suecia, Mats Sjostrand, recalcaba que “la simplificación es la forma de lograr un alto cumplimiento”, porque “no se usa el martillo cuando se cocina”, expresión con la cual buscó graficar que a la fuerza no necesariamente se logran buenos resultados.

Mientras que el delegado francés hizo notar que “tenemos metas u objetivos bastante comunes entre nosotros, pues veo que estamos haciendo cosas que tienen que ver con hacer la vida más fácil a la gente”, aunque también enfatizaba que “la administración tributaria debe mostrar siempre su fortaleza”.

Durante el intercambio entre los comisionados surgió todo un debate en torno a si la administración tributaria debe o no revelar a los contribuyentes la información que de ellos posee de los contribuyentes y si, además, debe ofrecerles propuestas de declaraciones, parciales o totales. Surgieron diversas posiciones frente a la avanzada experiencia de Chile, Noruega y Suecia en este ámbito, especialmente porque varios de los países más desarrollados aún no incursionan en esto, en parte por temer que al revelar la información en su poder , se debilite la capacidad fiscalizadora de la administración.

Como conclusión surgió el compromiso que el Centro de Política y Administración Tributaria (CTPA, por su sigla en Inglés) de la OCDE, realice un estudio comparado de la experiencia de países escandinavos (nórdicos), Chile y España en torno a estas temáticas.

La responsabilidad de los asesores tributarios

Respecto del segundo tema puesto a discusión –“La relación con los profesionales tributarios para mejorar el cumplimiento tributario” –, se escuchó una dura presentación a cargo del comisionado estadounidense Mark Everson, quien cuestionó severamente la ética con que de un tiempo a esta parte actúan en Estados Unidos algunos asesores tributarios, principalmente de grandes corporaciones.

Everson aseguró ante sus pares, que lo escuchaban algo sorprendidos por su vehemencia, que el Internal Revenue Service (IRS) a su cargo va a perseguir a quienes realizan lo que describió como “una actividad criminal”.

“Hay una grave erosión ética en el mundo de los asesores de la contabilidad acerca de su responsabilidad con el fisco. Este modelo de asesoría contable que han fomentado ha cambiado en creación de valor y gestión de riesgo, causando un daño a la imagen del mundo jurídico, que se ha visto afectado por el cambio fraudulento de los resultados de las corporaciones. Ellos han sido partícipes de los escándalos corporativos”, declaró.

Everson estimó que “hemos sido demasiado tolerantes y sin ellos no hubiesen sucedido los escándalos que conocemos. Por lo tanto, iremos a fondo con ellos para que los profesionales contables se atengan a las leyes”.

El comisionado aseguró que el IRS ha detectado unos 30 tipos de transacciones fraudulentas ideadas o patrocinadas por este tipo de profesionales, con los cuales el fisco estadounidense ha dejado de recaudar cientos de millones de dólares, en tanto que cuantificó en US$ 350.000 millones los pagos diferidos mediante el uso de artimañas.

En Estados Unidos hay 183 millones de contribuyentes y 1,2 millones de profesionales tributarios quienes realizan más del 50% de las declaraciones.

“Sabemos que la mayoría cumple, que los profesionales dan el consejo debido, pero es indudable que hemos tenido una erosión en la ética fiscal”, aseguró.

Sobre cómo impulsará su ofensiva contra este tipo de actividad, Mark Everson dijo que el IRS ha revitalizado una dependencia denominada Office of Profesional Responsability (Oficina de Responsabilidad Profesional), la cual tendrá un rol importante en dar seguimiento a las actividades de los profesionales contables, a la vez que también está impulsando reformas legales en esta materia.

Cooperación, segmentación y educación

Otro aspecto muy valorado por los directores presentes en Dublín, fue el de la cooperación que debe darse entre agencias tributarias, un aspecto bastante remarcado particularmente por los representantes de países con altos niveles de desarrollo.

Al inaugurar la reunión, el ministro de Finanzas de Irlanda, Brian Cowen, enfatizó especialmente el punto.

“En tiempos de globalidad económica, la cooperación entre las administraciones tributarias es absolutamente vital. Es necesario avanzar rápidamente en ello, porque la globalización y la movilidad del capital y las transacciones económicas suponen riesgos”, dijo.

Esos riesgos son, básicamente, que se incremente la posibilidad de fraudes tributarios internacionales.

La segmentación del mercado fue otra línea de trabajo muy recomendada; es decir, que las administraciones tributarias incorporen servicios y productos específicos según quien sea el pagador de impuestos al que atienden: grandes contribuyentes, pequeña y mediana empresa, personas naturales y así sucesivamente.

En cuanto a la educación tributaria, vale decir, el rol de los impuestos en la sociedad, el desarrollo de una cultura al respecto, gravitarán en tener mejores contribuyentes, minimizándose el riesgo de evasión o de comisión de delitos tributarios.